Gracias por estar aquí, frente a esta Cerradura. El 19 de septiembre transcurrió sin sobresaltos mayores. Motivo de alegría. Al hilo.
Lo difícil de nombrar
19 de septiembre: la inexistencia de la normalidad
Los milagros existen, pero la normalidad no. La prueba es la Ciudad de México que una vez más –como cada 19 de septiembre– se enfrentó al terror. Ese día, en 1985 y 2017, tembló la tierra. Algunos sobrevivientes acudimos a la palabra “milagro”, pero la fecha, en la gran urbe, se convirtió en la ratificación de que la normalidad es una ficción.
En la Ciudad de México la naturaleza recuerda de vez en cuando que actúa y actuará indiferente a nosotros. Que si quiere, va a sacudirse. Es un trauma para el que no se ha encontrado ningún paliativo. Porque ese tampoco existe: aquí nos destruimos y reconstruimos cada vez, tal como lo hace ella. En lo interno va esa metáfora siempre. “La vida es un sueño diminuto, un espejismo de luz en una eternidad de oscuridades. Y eso es nada, y es todo”, reflexiona la escritora y periodista Rosa Montero en su libro El peligro de estar cuerda.
Ayer no tembló. La alerta se activó para invitar a un simulacro. A las 11:15, un reportero sostuvo: “Madero ha vuelto a su normalidad”. Pero, lo normal, ¿no era que temblara? Que corriéramos. Que buscáramos salvarnos una vez más. Que el corazón se nos saliera. Que huyéramos de la muerte. Que la encontráramos. Así estamos acostumbrados. Así ocurrió los últimos años este mismo día.
Acaso por ello tres personas tuvieron crisis nerviosas y otras dos resultaron con fracturas, según informó el jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres Guadarrama. Porque, en esta fecha, lo que se hace es ver al terror cara a cara.
Cuando todo pasó, la CDMX volvió a sus múltiples realidades, como bien lo informó ese periodista. Como el milagro que siempre ha sido. Como la gran negación de la normalidad (moriremos poco a poco, siempre. Hasta que nos toque).
Durante media década, One Direction fue una de las bandas pop más célebres en el mundo occidental. En 2015 se disolvió porque sus integrantes decidieron lanzarse como solistas. Para uno de ellos, Louis Tomlinson, los caminos se confundieron y la fama se mostró con una cara deforme. Ello lo cuenta en el documental All of Those Voices, disponible en Paramount.
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Hasta muy pronto.
Linaloe R. Flores
Periodista