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Opinión de La Cerradura
Lo difícil de nombrar
El lodo de Otis
El presidente Andrés Manuel López Obrador no se enlodó en Acapulco. La tragedia la administró bajo tres pasos que han sido evidentes en su política comunicacional: la negó, la minimizó y después la eludió. Otis en Acapulco fue negado cuando los protocolos de protección civil no fueron activados a pesar de que se sabía de su intensidad extraordinaria. La crisis posterior fue minimizada cuando el presidente expresó en su “mañanera” respecto a los muertos: “No fueron tantos”. Después, la elusión sucedió al ausentarse del sitio.
Es su “propio manual”, escribió Luis Antonio Espino en Letras Libres. “Es una de sus grandes habilidades” que evita que las personas afectadas le soliciten y reclamen porque él sólo recibe arengas y elogios de las multitudes, expresó Rubén Aguilar Valenzuela, exvocero presidencial en el gobierno de Vicente Fox Quesada, en Animal Político. Como fuere, Acapulco se quedó solo. Acapulco está solo.
A Otis le bastaron unas horas para allanar las fortalezas del puerto hasta el desconsuelo. Es evidente que “sí nos fue mal” y ahí están los muertos y los desaparecidos. Ahí está la pérdida de todo: más de 10 mil viviendas destruidas, 10 mil postes de luz derribados, 70 gasolinerías dañadas. Ahí están los incontables libros que flotaron sin rescate posible. Ahí, la falta de los papeles que contenían identidades y fueron tragados por el gigante rabioso. Ahí mismo quedaron los recuerdos vencidos por la inundación.
El golpe ha sido tan despiadado que al mismo presidente y su movimiento le pueden cambiar las cosas después de los alocados vientos. Porque tras un huracán no hay sitio para cobardes dudas. Porque el agua llama al agua y saca de quicio al mar.
La realidad que nazca de este desastre no se va a borrar con palabras o acusaciones a los medios. Otis puede ser capaz de manchar de lodo el manual que hasta ahora consideró eficaz el primer mandatario. En Acapulco hace falte el líder. No para dar espectáculo –como él dijo que puede suceder–, sino para que la ayuda se acerque con confianza, certidumbre y organización. Ahora, cuando faltan siete meses para las elecciones de 2024.
La Llave Maestra
EL BAÚL CERRADO
Asuntos que el poder esconde
Es es todo por ahora. Felices días en torno a quienes han partido.
La Cerradura