Sin ningún elemento, Calderón decía: "Vamos ganando la guerra"
Los archivos indican que no había justificación para esa política que generó una crisis de seguridad que aún no acaba.
El 11 de diciembre de 2006, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa inició una guerra en contra del llamado crimen organizado. Con los años, a pesar de varias advertencias de que la ofensiva había generado una crisis de derechos humanos, el exmandatario no quiso o no pudo detenerse. Como premonición, el 11 de junio de 2008 expresó que la batalla iba a ser larga, muy larga:
“Eso es lo que estamos haciendo, amigas y amigos colaboradores, enfrentando a la delincuencia y derrotándola en una guerra, en una batalla que será de muy largo plazo”.
Y el 17 de septiembre del mismo año, dijo:
“… Es imprescindible que todos los que nos sumamos a ese frente común pasemos de la palabra a los hechos y que declaremos, verdaderamente, la guerra a los enemigos de México y vayamos por la victoria que la patria reclama y a la que tiene derecho. Estoy convencido que esta guerra la vamos a ganar y la vamos a ganar con el apoyo y la participación de todos”.
Pero su gobierno declaró “inexistentes” las razones en las que fundamentó sus palabras. Es decir, no existía ningún elemento para declarar un triunfo. Una década después, las derrotas continúan en el terreno. El Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública reconoce 121 mil 655 personas asesinadas en la actual administración de López Obrador, una cifra superior a la total del gobierno calderonista que llegó a los 120 mil 463 y a punto de alcanzar los 156 mil 66 en el gobierno peñanietista.