Fue muerto a balazos cuando cubría un asunto de su fuente, la policiaca, para el sitio de noticias “El Salmantino”.
(La Cerradura).- “Dejan bolsas con restos humanos frente al templo de la comunidad de Valtierrilla”. Con ese titular amaneció ayer lunes 9, el sitio de noticias “El Salmantino”, en Salamanca, Guanajuato. La nota, firmada por Noreyma Castillo, decía: “Las bolsas plásticas fueron abandonadas minutos antes de las 11:00 pm, por lo que llamó la atención de los comunitarios y decidieron reportarlo al servicio de emergencias”. Muy temprano, a las 6:30 horas -según publicó el semanario Proceso-, el reportero Israel Vázquez Rangel llegó al sitio. Profesional, apasionado de la nota y puntual, como se le recuerda, estacionó su auto rotulado con letreros de “El Salmantino” y pisó el terreno antes que otro colega. Se preparaba para hacer una transmisión en vivo desde Facebook cuando hombres armados le dispararon varias veces. Al hospital de la Cruz Roja llegó con vida. Se fue a la una de la tarde.
La publicación para la que trabajó en los últimos tres años, publicó: “Con cariño y respeto lo recordaremos siempre como la persona cálida y honesta que era. Nos hacemos solidarios al dolor que apena a su familia en este momento tan difícil”. También publicó: “El día de hoy condenamos enérgicamente el cobarde y atroz ataque en contra de nuestro querido compañero Israel Vázquez Rangel, quien fue atacado mientras cumplía su honorable labor periodística. Exigimos a todas las autoridades locales, estatales y nacionales esclarecer este hecho para dar certeza y seguridad a todos y cada uno de los ciudadanos de Salamanca, y en nuestro caso especial, a todos los periodistas que día a día ponen en riesgo su vida en el desempeño de esta noble labor”.
Israel tenía 31 años y era padre de dos. Hasta ayer, su familia no apareció en los medios para reclamar su asesinato. Tampoco para relatar esa vida que quedó plasmada en un cúmulo de notas que resultaron de la cobertura de estos días turbios que se viven en Salamanca. Israel no escatimó madrugadas, ni reporteo.
Pero en su ser se cumplió el macabro guión de los periodistas asesinados en México. La fiscalía local se comprometió a investigar, el gobernador del estado condenó el crimen y todos en México se indignaron porque otro informador mexicano cayó por la fuerza de la bala de unos desconocidos. Sin fallar un ápice de lo que indica este guión, su muerte le dio la vuelta al mundo. Porque México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico y este año, han sido asesinados cinco colegas, según Reporteros sin Fronteras. Hoy, “El Salmantino” amanece con un moñón negro y la deplorable noticia de que ha caído un reportero. Uno muy suyo.