Flor Silvestre
Exponente de la música mexicana y actriz del cine de oro, se fue a los 90 años de edad.
(La Cerradura).- Intérprete con mariachi y banda sinaloense, actriz del cine de oro mexicano, maestra del espectáculo ecuestre, a los 90 años de edad dejó este mundo Guillermina Jiménez Chabolla, una de “las reinas de la canción mexicana” y quien llevó como nombre artístico “Flor Silvestre”. Vio la última luz en su rancho, El Soyate, en Zacatecas. Su carrera, iniciada en la niñez, fue imparable. Y su vida, también. Según sus propias palabras en varias entrevistas, amó con pasión. Después de dos matrimonios, se unió al actor y cantante Antonio Aguilar quien iba a ser su compañero de vida y artístico durante más de 40 años. Flor Silvestre fue Flor Silvestre. Se fue con una de las trayectorias más largas y nutridas del cine y la música. Interpretaciones con mariachi como Imposible Olvidarte, de Gilberto Parra, y Quiero que Sepas (las fuentes de cancioneros la atribuyen a Campos) con banda sinaloense dejaron huella. Esta última fue editada en 1989 con La Costeña y Antonio Aguilar en la segunda voz. Sobre esta grabación, le dijo a los periodistas: “Tenía mucho miedo de grabar con tambora. Se me hacía demasiado sonido, mucho aparato, pero cuando grabé me encantó, me sentí feliz”.
El nombre se lo dio el locutor de la XEFO, Arturo Blancas por la película homónima que protagonizó Dolores del Río y que fue estrenada cuando ella tenía 13 años de edad. La escuchó con “La Soldadera” y le dijo: “Usted no es una soldadera. Más bien parece una flor, una flor silvestre”. Ya lo había intentado con “La Amapola”, pero alguien más lo reclamó. A esa edad comenzó su carrera artística en el Teatro del Pueblo, en la Ciudad de México y después de ganar un concurso de canto amateur patrocinado por la cadena de radio XEW. Su rostro apareció en la pantalla grande en 1950 en el filme “Te besaré en la boca”. El periódico El Universal contó en su obituario que el productor Américo Macini la escuchó cantar y entonces, la incluyó en el elenco. Después, la dirigió Joaquín Pardavé en “Primero soy mexicano”. Para 1952, ya gozaba de reconocimiento. Ese año participó en la trilogía fílmica El lobo solitario, La Justicia del lobo y Vuelve el lobo, al lado de Dagoberto Rodríguez y con Vicente Oroná como director. Flor Silvestre también hizo comedia. Apareció en “El bolero de Raquel” al lado de Mario Moreno, “Cantinflas”, en 1957 y en “Dos locos en escena” de 1959, con Viruta y Capulina. El espectáculo ecuestre lo desarrolló de manera magistral. Esa virtud la consolidó en Viva la soldadera, una película, también de 1959. Dos años después, Ismael Rodríguez la incluyó en Ánimas Trujano, un filme nominado al Premio Oscar como “Mejor Película Extranjera”. En 1991, filmó por última vez, Triste Recuerdo. A finales de los 50 también tuvo el “Dueto las Flores” con su hermana Queta Jiménez, “La Prieta Linda”.
Fue madre a los 18 años de edad de Dalia Inés Nieto Jiménez -quien sería cantante, bailarina y autora- del matrimonio con Andrés Nieto de quien se divorció “por su carácter irritable y afición al juego”, según una nota de Francisco Inzunza en El Debate. Dio a luz en Argentina porque se encontraba de gira. En febrero de 1950, participó en “¡A los toros!” de Francisco Rubiales, Paco “Malgesto”, en el teatro Tívoli. Se casó con él y tuvieron dos hijos, Marcela y Francisco Rubiales. Ella fue cantante y actriz de cine, teatro y televisión y él se dedicó al doblaje, subtitulaje y edición de video. Ocho años más tarde, vino el divorcio. Y en 1959 se casó con Antonio Aguilar a quien reconoció como su amor, el amor de su vida. Con él procreó a Antonio y José. Sus nietos en esta unión heredaron el amor al escenario. Majo (hija de Antonio), Leonardo y Ángela (hijos de Pepe) son también artistas polifacéticos.