Los testigos
Aquí puedes consultar quiénes son y en qué circunstancias están los que hablaron en el proceso en contra del ex "súper policía" en una corte de Nueva York.
Sergio Villarreal, “El Grande”. Nacido en Torreón, Coahuila, ha fungido como testigo desde que en 2010 fue detenido, tanto en México como en Estados Unidos. En 2014, cuando aún estaba en una prisión de Texas, la entonces Procuraduría General de la República a cargo de Jesús Murillo Karam lo buscó para que aportara información sobre la desaparición de los 43 de Ayotzinapa. Declaró, entonces, que sabía, por dichos de Arturo Beltrán Leyva, que el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, “manejaban las lanchas en Guerrero para la recepción e introducción de cocaína en territorio nacional”. Aseguró que ellos orquestaron el ataque a los normalistas. En el juicio de Genaro García Luna fue presentado el lunes 23 de enero como el primer testigo. Según sus palabras, le consta que el ex “súper policía” recibió sobornos del Cártel de Sinaloa porque él mismo se encargaba de entregarlos.
Tirso Martínez Sánchez, “El Futbolista”, “El Doctor” o “El Mecánico”. Nació el 9 de diciembre de 1966 en Guadalajara, Jalisco. Se le vinculó con el lavado de dinero de los equipos de futbol Querétaro, Irapuato y Celaya. Fue compadre de los fallecidos Amado Carrillo Fuentes, líder del “cártel de Juárez”, y Arturo Beltrán Leyva, líder del “cártel de los Beltrán Leyva”. En los noventa, solía trasladar droga para el “cártel de Juárez”. Fue detenido en 2014. Después de que el juez Brian Cogan se opuso a tomar en cuenta sus testimonios del 25 de enero, basados en “rumores”, la fiscalía viró sus cuestionamientos sobre García Luna. Entonces, expuso, entre otras situaciones, que en dos ocasiones, dos miembros de ese grupo le aseguraron que todas las agencias de seguridad estaban compradas.
Óscar Nava Valencia “El Lobo”. Es originario de Michoacán. Los archivos del gobierno mexicano no brindan datos sobre su edad. Fue uno de los colaboradores más cercanos de Ignacio “Nacho” Coronel y el “cártel de Sinaloa”. Fue detenido el 28 de octubre de 2009. En el juicio de García Luna se presentó el 30 de enero. Declaró que le entregó diversos sobornos millonarios para que ayudara a ciertos narcotraficantes. Además, que el ex “súper policía” tuvo una relación directa con los narcotraficantes Arturo Beltrán Leyva, Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada. En su declaración por primera vez fueron mencionados Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño, excolaboradores del exsecretario de Seguridad.
Raúl Arellano Aguilera, expolicía federal asignado al Aeropuerto de la Ciudad de México, bajo las órdenes del comandante Óscar Moreno Villatorio. Declaró que mediante la clave “por 45, todos en 35 hasta nueva orden” se trasladaba droga o dinero en vuelos internacionales. El 45 significaba una “orden superior”.
Israel Ávila, contador de Mario Pineda Villa. Su perfil no ha sido difundido. Incluso, la fiscalía pidió que no se le hicieran ilustraciones para protegerlo. Fue vendedor de bienes raíces y se encargaba de comprar o rentar casas para miembros del “cártel de Sinaloa”. Cumple una condena en Estados Unidos por narcotráfico. El 31 de enero declaró que registró en sus libros más de 10 millones de dólares para Genaro García Luna a cambio de información y seguridad. Se los hizo llegar a través de “El Rey” Zambada, “El Grande” y “La Barbie”.
Harold Poveda “El Conejo”. Tiene 49 años y es colombiano. Su historia en la delincuencia se inició en 1995 cuando llegó a México con el ánimo de cruzar hacia Estados Unidos. Empezó con la compra y venta de drogas en discotecas. Con los años se convirtió en una pieza clave de los cárteles de Sinaloa y los Beltrán Leyva como distribuidor de cocaína. A cada paquete le colocaba el símbolo de la revista Playboy y de ahí surgió su alias. Según su declaración del 2 de febrero, hubo una época en que Arturo Beltrán Leyva quiso matarlo. Por eso, para protegerse, buscó a Ismael “El Mayo” Zambada. Así consiguió traficar para el “cártel de Sinaloa”. Se fue a Colombia y regresó. Entonces se amigó con Beltrán Leyva a quien llegó a llamar “tío”. El recuerdo de una de sus casas le causó llanto en plena audiencia. Luego, esa misma voz quebrada trajo al juicio por primera vez la alusión a un periodista y algunos medios de comunicación en México que habrían recibido sobornos para difundir lo más rápido posible la captura de Jesús Reynaldo Zambada, “El Rey”.
Francisco Cañedo Zavaleta, expolicía federal ministerial. Declaró el jueves 2 de febrero. Según su narración, el 19 de octubre de 2008, vio a Genaro García Luna en compañía de Arturo Beltrán Leyva y a Édgar Valdez Villarreal “La Barbie” quien estaba armado. Pero, también dijo que la osadía de reportar el hecho le costó la reclusión en el penal de Puente Grande por delincuencia organizada. Quedó absuelto y pudo reincorporarse como policía. Se retiró en 2022.
Agentes de Estados Unidos. En la primera semana de audiencias, la fiscalía llamó a cinco elementos de seguridad para que confirmaran detalles del testimonio de Tirso Martínez: Ernest Cain, un policía jubilado de Chicago; Jamal Hormedo y Mattehew Coleman, agentes de la DEA; Noel Malony, agente aduanal, y Steven Tamayo, oficial de control de fronteras. En la segunda semana estuvieron los agentes de la DEA, Adrián Ibáñez, quien fue llamado para validar los dichos de “El Lobo”, y Miguel Madrigal, quien sostuvo por sí mismo que sabían de los supuestos sobornos.
Héctor Javier Villarreal Hernández, extesorero del gobierno de Humberto Moreira. Es originario de Tamaulipas y tiene 52 años. Se declaró culpable en 2014 en una corte de San Antonio, Texas, de dos cargos de conspiración por lavado de dinero y para transportar dinero sustraído del gobierno coahuilense. Hasta antes de su intervención estaba poco clara la relación con García Luna. Pero la fiscalía lo citó como un “conocedor” en el saqueo de las arcas públicas de México y lo convirtió en el testigo 18. El pasado lunes 6 declaró que Genaro García Luna le habría pagado 25 millones de pesos mensuales al diario mexicano El Universal. La supuesta dádiva llegó mediante un esquema en el que participó el exgobernador quien contaba con una bolsa que se alimentaba con dinero del erario coahuilense y cobros ilegales a empresarios a cambio de contratos de obra pública. El diario negó por completo esas aseveraciones a través de una editorial. A su vez, el exgobernador coahuilense también rechazó a través de una carta las relaciones con García Luna.
Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit. Nació en Tijuana, Baja California. Tiene 52 años y lleva como alias “El Diablo”. Creció en San Diego, California, al lado de su madre; de hecho, cuenta con nacionalidad estadounidense. Veinteañero, regresó a México. Se quedó en Nayarit donde estudió la licenciatura en Derecho y emprendió en joyería y transporte. Conoció en 2006 a Roberto Sandoval Castañeda quien en 2011 se convirtió en gobernador. Veytia fue nombrado subprocurador y dos años después, fiscal. Su gestión está asociada con una etapa de terror marcada por homicidios, extorsiones y secuestros. Fue detenido en marzo de 2017 en el Puente Internacional Tijuana-San Diego por conspiración para traficar y fabricar drogas. En el juicio de García Luna mencionó que el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa dictó “línea” para proteger a “El Chapo” Guzmán. De inmediato, el exmandatario reaccionó con una negativa.
Francisco Cañedo Zavaleta, expolicía. El lunes 6, el abogado de Genaro García Luna lo interrogó sobre el supuesto encuentro de Genaro García Luna con Arturo Beltrán Leyva y Édgar Valdez que el testigo relató el jueves 2 de febrero.