Los millones que se fueron a las fundaciones filantrópicas de seis políticos mexicanos
Las orquestas y libros de Vicente Fox, las pacientes de cáncer de mama de Manlio Fabio Beltrones o la defensa de los recursos naturales de Jorge Emilio González atrajeron flujos públicos y privados.
(La Cerradura).- Entre 2008 y 2020, seis fundaciones filantrópicas creadas por políticos mexicanos se beneficiaron de flujos de donativos nacionales y extranjeros, tanto en efectivo como en especie, provenientes de particulares y el gobierno federal.
La captación fue de 671 millones 96 mil 687 pesos (926 millones 905 mil 571 pesos de ahora).
Jorge Emilio González Martínez, “el niño verde”; Carlos Lomelí Bolaños, delegado del gobierno federal en Jalisco de 2018 a 2019; Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México de 2006 a 2012; Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de 2015 a 2016; Vicente Fox Quesada, Presidente de México de 2000 a 2006 y Martha Sahagún Jiménez, su esposa, se beneficiaron de este pastel de dinero que, en origen, tuvo el objetivo de lograr causas sociales.
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En esos 14 años, en México, el trabajo altruista dirigido a las poblaciones vulnerables encontró cada vez más cabida. El número de personas en situación de pobreza pasó de 49.5 a 52.4 millones, de acuerdo con la medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y unas 10 mil organizaciones de la sociedad civil se inscribieron ante las autoridades. Especialistas ven que en los casos de los políticos, esta realidad les sirvió para emprender una “falsa filantropía” en la que resultó difícil separar al proselitismo del trabajo filantrópico.
En el tiempo en que se aboca este reportaje esas organizaciones se beneficiaron tanto de dinero público como privado. Existía el Instituto Nacional de Desarrollo Socia que desapareció en enero de 2022 por decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador y a través de esta instancia obtuvieron siete millones 975 mil 136 pesos (nueve millones 622 mil 208 pesos de ahora).
El resto -el grueso de los donativos- vino de una maquinaria de captación regida por el marco jurídico de las donatarias autorizadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Según la legislación, la identidad de los donantes particulares no tiene por qué ser revelada. Así, el anonimato se impuso.
La Cerradura buscó a las fundaciones en sus direcciones de correo electrónico, sus páginas electrónicas, así como las redes sociales de ellas mismas o sus fundadores. Ninguna ni nadie atendió para hablar de sus donantes, la estrategia para captar donativos y su causa social.
Pero el dinero que recibieron sí es público y se encuentra a la vista en los reportes de donatarias de la SHCP como un afluente generoso que no deja de brotar. La extracción de los datos abiertos de esos documentos arroja una cantidad que alcanzaría para entregar más de cuatro mil becas de los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida en comunidades de Honduras o El Salvador para disuadir de la decisión de migrar a Estados Unidos.
La feria con una suerte para cada quien
Vicente Fox Quesada, Martha Sahagún Jiménez, Manlio Fabio Beltrones y Carlos Lomelí Bolaños vieron cómo la prosperidad con un ritmo constante e imparable alcanzó las cuentas de sus fundaciones Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada (Centro Fox), Vamos México, Beatriz Beltrones y México me Uno.
Pero en esta fiesta filantrópica no les fue bien a todos. “El niño verde” y Calderón Hinojosa, vieron un declive en la captación de donativos al grado que la organización del primero, llamada Niños Verdes por Amor a México y que le sirvió para repartir despensas en campañas electorales, fue abandonada en 2012, y la del segundo, la Fundación de Desarrollo Humano Sustentable (FDHS), apenas existe.
En los donativos hacia las fundaciones creadas por estos seis políticos participaron los gobiernos federales de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) a través de las secretarías de Cultura (antes Conaculta), de Salud y de Desarrollo Social (hoy del Bienestar). Las beneficiarias fueron el Centro Fox de Vicente Fox Quesada, la Fundación Beatriz Beltrones de Manlio Fabio Beltrones y la Fundación Vamos México de Martha Sahagún Jiménez, de acuerdo con la revisión de sus registros como OSC en el Indesol.
Del extranjero llegó el 16.4 por ciento. Fueron el expresidente Vicente Fox Quesada y su esposa, Martha Sahagún Jiménez, los políticos filantrópicos que captaron la mayor parte de donadores de otros países. El Centro Fox se llevó 114 millones 805 mil 819 millones de pesos (150 millones 561 mil 755 pesos de ahora). Es decir, de lo captado del exterior por estas seis organizaciones, Fox Quesada logró para la suya, 75.4 por ciento. Y Martha Sahagún Jiménez, el 20.9.
De hecho, el 33.2 por ciento de los fondos recabados por Fox Quesada vino del extranjero. Si su fundación captó 344 millones 848 mil 824 pesos (506 millones 814 mil 405 pesos de ahora), de otras naciones le llegaron 114 millones 805 mil 819 pesos (150 millones 561 mil 755 pesos).
La fundación Vamos México de Martha Sahagún Jiménez -esposa del ex Presidente- captó 31 millones 846 mil 631 pesos (35 millones 925 mil 725 pesos de ahora).
La otra que recibió dinero del extranjero fue México me Uno, fundada por Carlos Lomelí Bolaños. Fueron cinco millones 437 mil 273 pesos en 2018 (seis millones 45 mil 780 pesos de ahora).
¿Por qué un político mexicano forma una fundación filantrópica?
Miguel de la Vega es secretario de Unidosc_Mexico y estudioso del marco normativo de la filantropía en México. En entrevista, hace hincapié en que la Constitución reconoce que todas las personas tienen derecho a asociarse y cualquier ciudadano puede fundar una empresa o una fundación con el único límite de que sus actividades sean lícitas. Para las organizaciones filantrópicas, expone tres criterios de reconocimiento: constituirse, ser de naturaleza no lucrativa y no organizar actividades de proselitismo político ni religioso.
De modo que sobre la figura del político mexicano en la filantropía, responde:
“Una organización se constituye para servir una causa de interés público, no para promover una imagen personal o un partido o una causa política. Difícilmente puede considerarse como filantropía la actividad de un político si esta, en alguna medida, está asociada a la promoción de la imagen ...”.
Los objetivos de cada una de las fundaciones de políticos están dirigidos a aliviar carencias en los grupos sociales vulnerados por ciertas problemáticas, pero aun así, para Javier Rosiles Salas, investigador en la Universidad de Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo y politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México, la separación del proselitismo y la política resulta difícil. Expresa:
“Un político haciendo filantropía es la aceptación tácita de su incapacidad para lograr el bien común mediante mecanismos institucionales. Es claro que los políticos también son ciudadanos y que la sociedad civil no siempre es virtuosa, pero las OSC deberían estar más relacionadas con causas ciudadanas que con causas políticas encubiertas”.
Para Rosiles Salas, el anonimato de los donantes particulares abona a la idea de la “falsa filantropía” en quien hace política.
“ ... En un contexto como el mexicano en el que no existe transparencia plena sobre quiénes aportan los recursos para llevarlas a cabo, debo decir con mucho respeto que es más probable que se trate de oportunismo político que de una acción genuina de solidaridad”.
Miguel de la Vega explica que a lo largo de los años, la autoridad ha procurado cuidar más el destino de los fondos que su procedencia.
“... Se cuida que la organización erogue el dinero en gastos que den soporte a su objeto social y que los asociados no distribuyan el dinero entre ellos mismos para garantizar su naturaleza no lucrativa. Hasta ahí. Eso es lo que importa ...”, destaca.
El especialista abunda que en la historia de las organizaciones civiles no se puso mucha atención al origen de los fondos hasta que en 2013 entró en vigor la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, conocida como ley antilavado. Esta legislación sentó las bases para verificar la legalidad de la ruta de recursos a diferentes tipos de sujetos obligados, entre ellos, las organizaciones filantrópicas. De la Vega pone énfasis en que hasta ahora, la mayoría de la información recabada de las organizaciones revela que los fondos fueron de origen lícito y llegaron por canales regulados
De cómo ser político y abandonar una fundación
A Jorge Emilio González Martínez “el niño verde”, expresidente del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), nunca le importó, como legislador, subir a la tribuna y exponer su posición política en defensa del medio ambiente, el fundamento en el que su padre homónimo, basó la formación de ese instituto político.
El hijo de Leticia Martínez y Jorge González Torres, y nieto de Emilio Martínez Manatou, secretario de la Presidencia de la República con Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), ganó el mote de “niño verde” por ser el diputado más joven en 1997, pero 22 años después se llevó el epíteto de “el más faltista” porque en 2019 renunció al Senado y tenía acumuladas 64 ausencias en 106 sesiones.
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Dos periodos como diputado federal (1997-2000) y (2006-2009), otros dos como senador de la República (2000, -2006), (2009-2012) y otro más como diputado (2018-2021) al que renunció, no lo perfilaron como congresista.
Se le conoce más por un rosario de escándalos. En 2004, fue revelado un video en el que aparece mientras acepta de un grupo de empresarios dos millones de dólares para fungir como intermediario con el entonces gobernador, Juan Ignacio García Zalvidea, correligionario de su partido, para impulsar la construcción de hoteles en el corredor turístico de Cancún, Quintana Roo. “Me los quise chamaquear y me chamaquearon”, justificó aquella vez en una versión en la que expuso que fue a esa reunión para poner una trampa.
En 2011, su nombre fue vinculado a la investigación de la muerte de una mujer de origen búlgaro, Galina Chankova Chaneva, quien cayó del departamento 19B, del piso 19 de la Torre Emerald en Cancún, donde se efectuaba una fiesta. Él negó ser dueño del departamento y haber organizado reuniones ahí.
Jorge Emilio González Martínez ingresó a la filantropía política el 18 de julio de 2005 con la creación de Niños Verdes por Amor a México, según el registro en el Indesol. Sobre la justificación de ese proyecto, en la red se mantiene un blog en Wordpress con el título “Salvando los recursos naturales” en el que se lee:
“En un país como México, donde las brechas entre clases sociales y las carencias de los más oprimidos son un tema que se acentúa cada vez más, los esfuerzos filantrópicos recuperan la esperanza de millones y nos dicen que todavía hay causas por las que vale la pena luchar y personas que están dispuestas a apoyarlas”.
De 2008 a 2012, la fundación estuvo activa. En ese periodo recibió un millón 484 mil 510 (dos millones 58 mil 575 pesos de ahora) en donativos. El año más fuerte que reporta es 2010, cuando a sus arcas llegaron 958 mil 337 pesos (un millón 397 mil 532 pesos de ahora), lo que significó 64.5 por ciento del total de sus ingresos.
El siguiente año, consiguió 90 mil pesos (126 mil 418 pesos de ahora) en donativos pero entonces, el corazón filatrópico de González Martínez se rompió.
A partir de 2012, el “niño verde” abandonó la fundación. Dejó de presentar reportes. Pese a ello, no la dio de baja ante el gobierno federal. En los archivos del Indesol, Niños Verdes por Amor a México permanece con una lista de nueve reportes sin presentar. La dejó en silencio, fiel a ese bajo perfil que fabricó como legislador, casi invisible.
Vicente Fox: el “arte” de captar millones desde la filantropía
El mundo filantrópico de la política tiene otro polo en el que el dinero no deja de caer. Ahí se encuentra Vicente Fox Quesada, el político que encarnó la llamada alternancia política por convertirse en el primer Presidente de México postulado por el Partido Acción Nacional (PAN) después de 71 años consecutivos de gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Los 370 millones 418 mil 102 pesos (506 millones 814 mil 405 pesos de ahora) que su Centro Fox ha recibido en 14 años alcanzarían para una consulta popular como la organizada el pasado 1 de agosto o una Cruzada Nacional contra el Hambre, el programa con el que el gobierno de Enrique Peña Nieto intentó abatir la pobreza. Y es el 54.6 por ciento de lo que han recibido estas seis fundaciones.
El Centro Fox fue formado en cuanto Vicente Fox concluyó su mandato. Con ello, se rompió con la tradición de los exgobernantes priistas que al dejar el poder se recluían o vivían fuera del país mientras guardaban silencio frente a la política nacional. A Fox, la fundación le ha permitido continuar presente en la escena pública.
Cuando fue primer mandatario, Fox Quesada cometió una serie de yerros en el ámbito de la Literatura. Su confusión de autores y el otorgamiento del Premio Nobel a quien no lo había ganado se quedaron en la memoria política. Hoy, su cuenta de Twitter es una lista de mensajes con faltas a la gramática y la ortografía.
Ese perfil no pesa. La cultura es el objeto social del proyecto filantrópico del exmandatario. El Centro Fox cuenta con una biblioteca particular al alcance de todos, un museo, un centro de estudios y algunas orquestas infantiles.
Si bien, el sucesor de Fox Quesada en la Presidencia de la República fue Felipe Calderón Hinojosa, también emanado del PAN, el Centro Fox no consiguió fondos de ese gobierno. En cambio, en 2012, con la llegada del PRI de nuevo al poder presidencial, el proyecto filantrópico foxista se hizo de un donante puntual: la administración de Enrique Peña Nieto que entre 2015 y 2018 no le falló.
En el mensaje por su Tercer Informe de Gobierno, Enrique Peña Nieto anunció una iniciativa para transformar al Conaculta en una secretaría de Estado. En ese discurso expuso que lejos de representar un mayor gasto, esa instancia permitiría “optimizar y dar mayor relevancia a la inversión” en el sector.
Uno de los proyectos culturales que abrazó la transformada secretaría de Cultura en el peñanietismo fueron las orquestas en el Centro Fox. Así quedó registrado en el Indesol:
En 2015, le dio dos millones de pesos (dos millones 506 mil 532 pesos) a las orquestas, coros y ensambles comunitarios.
En 2016, el donativo fue de dos millones de pesos (dos millones 454,237pesos de ahora) para ofrecer a la población especialmente niñas niños y adolescentes la oportunidad de acceder a un programa de orquesta y programas especiales de promoción para la formación musical a través de un proyecto socio-cultural y educativo.
En 2017, le otorgó dos millones de pesos (dos millones 374 mil 449 pesos de ahora) para capacitar y preparar a más de 250 niñas, niños y adolescentes en su conocimiento, desarrollo y crecimiento instrumental.
En 2018, la cantidad fue de un millón 500 mil pesos (un millón 667 mil 871 pesos) para contribuir con la sociedad mediante programas sociales para fomentar y engrandecer la cultura musical a través de las orquestas, coros y ensambles comunitarios.
La familia Fox tiene otro canal por el que también le llega dinero: la fundación Vamos México cuya responsable es Martha Sahagún, esposa del expresidente.
Marta Sahagún presentó la organización en el Polyforum Cultural Siqueiros ante empresarios y presidentes de organizaciones altruistas en 2001, cuando se iniciaba el foxismo como una esperanza de democracia y buen gobierno.
Como objeto social, Martha Sahagún registró “ser enlace entre las personas físicas y morales integrantes de la sociedad civil, las organizaciones de iniciativa privada y todo tipo de instituciones públicas federales ... que trabajen a favor del desarrollo humano integral, con el propósito de abatir la marginación en todas sus manifestaciones ...”.
Con los años, mientras era “primera dama”, Marta Sahagún logró hacer a un lado al Sistema Desarrollo Integral para la Familia (DIF) cuyo consejo honorario, las esposas de los presidentes mexicanos solían ocupar en esa época.
Dos años después, la fundación quedó envuelta en el escándalo. Un grupo de senadores priistas solicitó a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) una revisión exhaustiva del manejo de sus recursos, dado que descubrió presuntos desvíos del fideicomiso “Transforma México” de la Lotería Nacional a Vamos México.
Pero la ASF, en el Informe de Resultados de la Revisión y Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2002, determinó que no hubo irregularidades.
La fundación de Sahagún Jiménez se repuso al punto de que en 2009 -su mejor año reportado- percibió 24 millones 186 mil 578 pesos (38 millones 139 mil 411 pesos de ahora). 2019 y 2020 son el segundo y tercero mejores ejercicios.
En total, la fundación sumó 125 millones 528 mil 807 pesos (157 millones 755 mil 710 pesos (157 millones 755 mil 710 pesos) en 14 años.
Lo que recibe la Fundación Vamos México en un año en promedio equivale al costo del transporte aéreo de material médico, insumos y productos necesarios de China hacia México en el llamado “puente aéreo” que creó el gobierno mexicano para darle cara a la pandemia de COVID-19.
El altruismo en declive de un expresidente
La noche del 12 de febrero de 2014, Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México de 2006 a 2012, presentó la Fundación Desarrollo Humano Sustentable. El hombre a quien se le adjudica una era de violencia en México debido a la decisión de desplegar una estrategia en contra de los grupos del crimen organizado cuando apenas tenía 12 días en el poder, regresaba de una estancia en la Universidad de Harvard, en Boston, Massachussets. Para la ocasión, convocó a 500 personas en el Club de Industriales ante quienes dio a conocer que a través de una organización, trabajaría para paliar el cambio climático.
Afuera, decenas de manifestantes sostenían cartelones con las leyendas: “¿Y los cien mil muertos de tu sexenio?” Dentro, Calderón Hinojosa departía con Luis H. Alvarez (quien moriría el 18 de mayo de 2016), su correligionario del PAN, Diego Fernández de Cevallos; los exmiembros de su Gabinete, Javier Lozano Alarcón (quien fuera Secretario del Trabajo) y Ernesto Cordero (Secretario de Desarrollo Social y luego de Hacienda); su cuñado, Juan Ignacio Zavala; el entonces gobernador, Guillermo Padrés (preso en 2016 por delitos de corrupción y liberado en 2019); Juan Manuel Oliva (quien fuera gobernador de Guanajuato al tiempo de su Presidencia) y su hermana, Luisa María Calderón, entre otros invitados.
Aquella noche, cada uno de los comensales le donó a la FDHS, cinco mil pesos, según se pedía en la invitación. De modo que se reunieron dos millones 500 mil pesos en la velada. La cantidad iba a ser apenas la novena parte de lo que ese año, la fundación iba a recibir.
Pero, de un año a otro, el destino de la fundación calderonista cambió y desde entonces, solo mostró declive.
La caída se inició el mismo año de operación. Si en 2014, el reporte de la FDHS arroja 23 millones 662 mil 580 (30 millones 865 mil 846 pesos de ahora), el de 2015 trae siete millones 710 mil 500, una caída de 67.4%. La captación no mejoró. En 2016, la fundación calderonista reportó tres millones 606 mil 400 pesos (cuatro millones 425 mil 480 pesos de ahora), un decremento de 94.6 por ciento respecto al año del lanzamiento.
En el reporte de 2017 aparece un millón 256 mil 100 (un millón 491 mil 272 pesos de ahora), lo que significó una caída de 94.6 por ciento. En el de 2018 la captación fue de un millón 200 mil pesos (un millón 334 mil 296 pesos), un descenso de 94.9 por ciento. El declive siguió en 2019 con donativos que sumaron un millón 274 mil pesos (un millón 351 mil 303 pesos de ahora), una caída de 94.6 por ciento. Y así hasta el reporte de 2020 que arrojó un millón 200 mil pesos (un millón 237 mil 800 pesos de ahora), un declive de 94.9 por ciento.
Hasta 2018, Felipe Calderón Hinojosa le pagó al personal de la FDHS con una prestación que le otorgaba el Estado mexicano a los expresidentes. Consistía en, además de una pensión vitalicia de 205 mil pesos al mes, los salarios de 25 empleados. Ello estaba estipulado en el acuerdo 2763 Bis firmado el 31 de marzo de 1987 por el entonces Presidente Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988).
Pero el 5 de noviembre de 2018, con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el beneficio fue extinguido. Así, el organigrama de la fundación también se desintegró.
Hoy, en la página web no hay teléfono de contacto, el organigrama no está publicado y el único nombre que aparece es el del exmandatario quien no estuvo disponible para hablar de su altruismo.
La fundación en honor a una madre
Manlio Fabio Beltrones Rivera vio la primera luz el 30 de agosto de 1952 en la población de Villa de Juárez, Etchojoa, Sonora, una de las regiones más pobres de México. Su abuela fue una indígena yaqui que perdió un ojo cuando cortaba leña en Cananea. Su madre, Beatriz Beltrones, fue una seguidora de las culturas griega y romana. De ahí los nombres de sus tres hijos: Alcides, Orestes y Manlio Fabio. Así lo narra el mismo exsecretario del PRI en el libro de su autoría, La vida y la Política (Las mujeres de Manlio Fabio Beltrones, Cuna de Grillos, 6 de agosto de 2015).
Cuando le preguntan a Manlio Fabio Beltrones por qué usa el apellido de Beatriz, su madre, responde que ella era soltera. Además, ha dicho que por ella y su abuela, se dedicó a la política. A la memoria de Beatriz Beltrones, le debe algo más: una fundación.
En 2004, a los 76 años de edad, la madre de Manlio Fabio Beltrones falleció en Cuernavaca, Morelos, de un padecimiento de cáncer de mama. Al año siguiente, surgió la Fundación Beatriz Beltrones para el Diagnóstico Oportuno del Cáncer de la Mujer.
Las principales aportaciones que tuvo en sus primeros años, provinieron de los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto a través de la Secretaría de Salud. El de Calderón le dio 750 pesos (mil 139 pesos de ahora) entre 2009 y 2011. El de Peña Nieto, en cambio, le hizo un solo depósito de 90 mil 909 pesos (123 mil 295 pesos) en 2013.
Pero su captación de donativos particulares se consolidó al grado de reunir 671 millones 96 mil 687 pesos (926 millones 905 mil 571 pesos de ahora), en 14 años, lo que la ubica en el tercer sitio en recursos de estas seis fundaciones filantrópicas.
El mejor año para la fundación de Manlio Fabio Beltrones fue 2010. Ganó en donativos 26 millones 975 mil 272 pesos (41 millones 69 mil 231 pesos de ahora). Los siguientes años, la captación no superó los 10 millones de pesos. Pero en 2019 vino de nuevo la prosperidad y cayeron 13 millones 75 mil 207 pesos (13 millones 868 mil 578 pesos de ahora).
La fundación que concentró los anhelos de un político
A la par de su carrera política y el desarrollo empresarial farmacéutico, Carlos Lomelí Bolaños impulsó la organización México me Uno. A través de esta estructura, repartió lentes, despensas, sillas de ruedas en sectores de Zapopan y Guadalajara, consta en documentos publicados por la misma organización.
Mientras, la organización recibía donativos que sumados dieron entre 2014 y 2020, 31 millones 498 mil 199 pesos (37 millones 690 mil 619 pesos).
En 2015, Lomelí Bolaños ganó una diputación federal por Movimiento Ciudadano (MC). El reporte de ese año de México me Uno es el que indica una cifra mayor de todos ante la Secretaría de Hacienda: 10 millones 989 mil 441 pesos (13 millones 772 mil 694 pesos).
Tres años después, se integró a Morena y contendió por la gubernatura de Jalisco. Mientras, su organización percibía cinco millones 437 mil 273 pesos. Al resultar perdedor frente a Enrique Alfaro, postulado por MC, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo nombró delegado de la Secretaría de Bienestar.
En su primer año como funcionario del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, un reportaje de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, firmado por Valeria Durán y Laura Sánchez Ley, reveló que empresas farmacéuticas vinculadas con su nombre recibían contratos gubernamentales, lo que constituía un conflicto de interés, además de que presentaban información falsa ante las autoridades. La Secretaría de la Función Pública dispuso dos sanciones a dos de estas entidades, pero el Tribunal Federal de Justicia Administrativa dejó sin efecto una de ellas.
Para las elecciones del 6 de junio de 2021 -las más grandes hasta ahora en la historia electoral de México- Lomelí Bolaños contendió por Morena por la alcaldía de Guadalajara. Quedó derrotado ante el candidato de MC, Pablo Lemus. Su fundación filantrópica continuó de pie.