La historia de datos abiertos que contradice a Vicente Fox
El expresidente dice que cuando dejó Los Pinos su economía se complicó, pero fue cuando empezó a captar millones de pesos en donativos.
(La Cerradura).- Vicente Fox Quesada relató cómo reinició la vida civil después de gobernar México en una entrevista con el conductor Yordi Rosado, que fue transmitida en YotuTube, el domingo 1 de mayo.
“Al terminar se me vino el mundo encima porque … quizá no me lo crea mucha gente pero yo no me robé ni un solo clavo, no hice ningún negocio con el gobierno. No lo hizo Martha a pesar de que la pusieron como trapeador”, expresó.
Pero en ese relato, el hombre que encarnó la alternancia política al ser el primer presidente no priista en 71 años consecutivos, omitió al Centro Fox, la organización de la sociedad civil que fundó apenas dejó la silla presidencial y a través de la cual ha recibido sin parar millones de pesos en los últimos 15 años, entre donativos nacionales y extranjeros, así como cursos de “abundancia”.
La revisión de los reportes de las donatarias autorizadas en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público arroja que el Centro Fox captó más de 487 millones de pesos entre 2008 y 2013, una cantidad que alcanzaría para organizar una consulta popular como la organizada el pasado 1 de agosto en la que se preguntó si los expresidentes deben ser juzgados o una Cruzada Nacional contra el Hambre, el programa con el que el gobierno de Enrique Peña Nieto intentó abatir la miseria.
En plena pandemia de COVID-19, Fox reportó que su fundación percibió más de 35 millones de pesos.
¿Cómo logra Vicente Fox captar todo este dinero? La acumulación de libros ha sido la clave. El exmandatario se distinguió justo por cometer yerros en relación a autores y obras, pero al concluir el sexenio registró ante Hacienda una “biblioteca particular al alcance de todos” con el fin de recibir donativos. De esa forma, el Centro Fox ha percibido dinero a un ritmo de poco más de 34 millones por año. Esa es la etapa que el exmandatario recuerda como “difícil”.
Cuando un hombre encarnó la esperanza
El 2 de julio de 2000, postulado por el Partido Acción Nacional (PAN), Vicente Fox Quesada ganó las elecciones presidenciales con una ventaja de siete puntos porcentuales sobre Francisco Labastida Ochoa, del Partido Revolucionario Institucional. Tenía 58 años de edad y consiguió un logro histórico: romper con la permanencia del tricolor en el poder. Aquel día de su triunfo una multitud le gritaba en las calles: “¡No nos vayas a fallar!” “¡No nos vayas a fallar!” Según la encuestadora Parametría, el 70% de los electores aprobaba al político nacido en Guanajuato que gustaba de vestirse con botas, camisa a cuadros y sombrero.
Seis años después, cuando entregó la administración, la aceptación de su trabajo como mandatario había descendido a 51 por ciento, una cifra reprobatoria, según la misma Parametría. La biografía de Vicente Fox había acumulado algunos fracasos. Las dos promesas fundamentales en su campaña no fueron cumplidas: el índice de crecimiento económico del 7% quedó debajo del 3% y las reformas estructurales no fueron posibles debido a la falta de acuerdos en el Congreso de la Unión.
Cursos al gabinete de EPN, el negocio alterno
El 22 de enero de 2009 Vicente Fox Quesada creó la empresa Servicios Corporativos Sociales S. A. de C. V., según consta en escrituras públicas de León, Guanajuato. Esta entidad tendría el único propósito de brindar educación de liderazgo político. La compañía quedó albergada en el Centro Fox.
En esa empresa el ex primer mandatario diseñó el Programa MIQ Líderes o de inteligencias múltiples. Para la impartición de las cátedras llamó a Tony Buzan, inventor de los mapas mentales, y Deepak Chopra, experto en la combinación de la medicina moderna, la mente y el cuerpo, la pintora Lorraine Gill, a quien la BBC de Londres había comparado con Paul Cézanne y al ajedrecista británico Raymond Keene.
Entre 2013 y 2016, el Programa MIQ Líderes o de inteligencias múltiples tuvo asistentes frecuentes: los funcionarios que integraban el gobierno de Enrique Peña Nieto. Instancias gubernamentales como la cancillería, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes recurrieron a este entrenamiento de liderazgo organizado por Vicente Fox quien también ofreció cátedras de cómo ser líder.
Por estos entrenamientos de liderazgo, la administración de Peña Nieto le pagó al Centro Fox, 39 millones 321,479 pesos, consta en las fichas en el Portal de Obligaciones y Transparencia. A veces, los cursos de Fox duraban solo un día con un costo de 200,000 pesos.
El gobierno de EPN resultó un asidero
Si bien, el sucesor de Fox Quesada en la presidencia de la República fue Felipe Calderón Hinojosa, también emanado del PAN, el Centro Fox no consiguió fondos de ese gobierno. En cambio, en 2012, con la llegada del PRI de nuevo al poder presidencial, el proyecto filantrópico foxista se hizo de un donante puntual: la administración de Enrique Peña Nieto que entre 2015 y 2018 no le falló.
En el mensaje por su Tercer Informe de Gobierno, Enrique Peña Nieto anunció una iniciativa para transformar al Conaculta en una secretaría de Estado. En ese discurso expuso que lejos de representar un mayor gasto, esa instancia permitiría “optimizar y dar mayor relevancia a la inversión” en el sector.
Uno de los proyectos culturales que abrazó la transformada secretaría de Cultura en el peñanietismo fueron las orquestas en el Centro Fox. Así quedó registrado en el Instituto de Desarrollo Social, un organismo que fue creado en 1994 y desapareció el 31 de diciembre de 2022, mediante un decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2015, le dio dos millones de pesos (dos millones 506,532 pesos) a las orquestas, coros y ensambles comunitarios.
En 2016, el donativo fue de dos millones de pesos (dos millones 454,237pesos de ahora) para ofrecer a la población especialmente niñas niños y adolescentes la oportunidad de acceder a un programa de orquesta y programas especiales de promoción para la formación musical a través de un proyecto socio-cultural y educativo.
En 2017, le otorgó dos millones de pesos (dos millones 374,449 pesos de ahora) para capacitar y preparar a más de 250 niñas, niños y adolescentes en su conocimiento, desarrollo y crecimiento instrumental.
En 2018, la cantidad fue de un millón 500,000 pesos (un millón 667,871 pesos) para contribuir con la sociedad mediante programas sociales para fomentar y engrandecer la cultura musical a través de las orquestas, coros y ensambles comunitarios.
El aporte de Martha Sahagún
La familia Fox tiene otro canal por el que también le llega dinero: la fundación Vamos México cuya responsable es Martha Sahagún, esposa del expresidente.
Sahagún Jiménez presentó Vamos México en el Polyforum Cultural Siqueiros ante empresarios y presidentes de organizaciones altruistas en 2001, cuando se iniciaba el foxismo como una esperanza de democracia y buen gobierno.
Como objeto social, Martha Sahagún registró “ser enlace entre las personas físicas y morales integrantes de la sociedad civil, las organizaciones de iniciativa privada y todo tipo de instituciones públicas federales ... que trabajen a favor del desarrollo humano integral, con el propósito de abatir la marginación en todas sus manifestaciones ...”.
Con los años, mientras era “primera dama”, Marta Sahagún logró hacer a un lado al Sistema Desarrollo Integral para la Familia (DIF) cuyo consejo honorario, las esposas de los presidentes mexicanos solían ocupar en esa época.
Dos años después la fundación quedó envuelta en el escándalo. Un grupo de senadores priistas solicitó a la Auditoría Superior de la Federación una revisión exhaustiva del manejo de sus recursos dado que descubrió presuntos desvíos del fideicomiso “Transforma México” de la Lotería Nacional a Vamos México.
Pero la ASF, en el Informe de Resultados de la Revisión y Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2002, determinó que no hubo irregularidades.
La fundación de Sahagún Jiménez se repuso al punto de que en 2009 -su mejor año reportado- percibió 24 millones 186,578 pesos (38 millones 139,411 pesos de ahora). 2019 y 2020 son el segundo y tercero mejores ejercicios.
Lo que recibe la Fundación Vamos México en un año en promedio equivale al costo del transporte aéreo de material médico, insumos y productos necesarios de China hacia México en el llamado “puente aéreo” que creó el gobierno mexicano para darle cara a la pandemia de COVID-19.