Cómo le hizo “El Chapo” para escaparse del penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez el 11 de julio de 2015, es uno de los secretos más guardados de México. Una reserva que caducará en 2028 impide conocer los detalles de la coordinación para construir el pasadizo iluminado y ventilado de mil 500 metros que lo condujeron a la salida. Están por cumplirse ocho años del subterfugio que llamó la atención del mundo. La escena política de México ha dado un giro: por primera vez en México hay un Presidente emanado de una fuerza política identificada con la izquierda; Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública encargado en algún momento de perseguir a Guzmán Loera, es juzgado en una corte en Nueva York bajo acusaciones que sostienen que más bien lo protegió a cambio de sobornos; Emma Coronel, su esposa, se declaró culpable de la fuga y se encuentra en una prisión de máxima seguridad en el norte de Texas donde estará hasta el 13 de septiembre de 2023; Ovidio Guzmán López, hijo de “el Chapo”, fue encarcelado en la prisión de El Altiplano; el mismo “Chapo” paga una condena de cadena perpetua en la cárcel de Florance, Colorado, por delitos de violencia en torno al narcotráfico. Para conocer la versión oficial de la segunda fuga de “el Chapo” faltan cinco años. Entonces, Joaquín Guzmán Loera tendrá 71 años.
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