Lectora, lector, lectores: el dinero público contribuyó en la construcción de los poderíos del productor Luis de Llano Macedo y el escritor Andrés Roemer Slomianski desde los cuales cometieron esos abusos de los que ahora se les acusa. A continuación dos historias que muestran, desde los datos abiertos, cómo ocurrió. Gracias por estar.
LRF
I
Luis de Llano
Creado en 2001, en el gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006), para generar políticas públicas que acabaran con la violencia machista, las campañas del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) le dejaron a Televisa y TV Azteca, más de 200 millones de pesos en las últimas dos décadas.
Así lo confirmó esta Cerradura en una inmersión en los contratos históricos del Gobierno federal en Compranet y el Portal de Obligaciones y Transparencia. La mayor parte de este pastel se lo llevó Televisa, de Emilio Azcárraga Jean, con 128 millones 128,541 pesos. Ello, porque las campañas no solo se difundieron en sus canales; sino también en sus publicaciones TVyNovelas, Tú y Novedades.
TV Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, tuvo más de 75 millones de pesos, monto del cual, el 95% provino del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los despliegues llevaron títulos como “Las mujeres movemos a México. Versión, Igualdad”, “Prevención del Embarazo No Planeado e Infecciones de Transmisión Sexual en Adolescentes, es tu vida, es tu futuro. Hazlo seguro”, “25 de noviembre, combate a la violencia de género”, “En busca de la igualdad”, “Por tus Derechos 3”, o “Derecho a la Igualdad, versión: Igualdad Día a Día”.
Es como si nadie jamás los hubiera escuchado. Los anuncios que han hablado del abuso violento desde el sistema patriarcal no muestran ningún impacto. El año pasado, casi 1,000 mujeres fueron víctimas de feminicidio, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En 2001, tres mujeres eran asesinadas en medio de la violencia machista en México. Al gobierno de Vicente Fox que iniciaba una era diferente a la del Partido Revolucionario Institucional que había gobernado 71 años sin interrupción, la cifra le pareció de horror y en ella fincó la creación del Inmujeres. Dos décadas después, el delito es 3.3 veces mayor: cada día, 10 mujeres son víctimas de feminicidio en México.
Además, en 2019, antes de la pandemia por COVID-19, casi 5 mil mujeres fueron víctimas de delitos sexuales, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Ese año, 433 hombres denunciaron por el mismo tipo de agravio. Es decir, una diferencia de 4 mil 567.
Así llegó el 8 de marzo de 2022. Un día en el que se añadió otro botón de muestra de la falta de impacto de dos décadas en la televisión para acabar con el monstruo machista. Pero además, de la contradicción: por un lado, la televisión fue la que transmitió las campañas del Inmujeres y por el otro, reprodujo estereotipos que normalizaron la violencia machista. La actriz y cantante Sasha Sokol irrumpió en las redes para exponer un testimonio: ella también fue víctima de abuso.
Sus palabras hicieron añicos el relato de su relación con el productor Luis de Llano Macedo que durante décadas fue contado con la voz baja que a veces tiene la normalización. “Hoy es día internacional de la mujer. Muchas personas piensan que es un día para felicitarnos. No es así. Este día es para reflexionar y alzar la voz ante el abuso sistemático en el que nos hemos visto atrapadas de mil maneras”, escribió.
La carrera de Sasha Sokol se hizo en esas mismas televisoras que acapararon el dinero del Inmujeres para reproducir las campañas en contra de la violencia de género. Luis de Llano Macedo la conoció ahí.
II
Andrés Roemer
El dinero público percibido por Andrés Roemer Slomianski permanece para la posteridad en los mecanismos de transparencia como crónica fiel de un tiempo en que un intelectual mexicano fue rodeado de prestigio.
El principio se ubica en 2002 cuando fue secretario técnico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) en el gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006). Luego hay un salto a 2013, cuando fue nombrado cónsul en San Francisco, California, cargo que dejó en 2016. Después, ese mismo año, aparece como embajador en temas de cultura ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), posición en la que estuvo sólo unos meses.
En promedio, en ese paso por la administración pública federal, el gobierno le pagó al año 1 millón 790 mil 35 pesos a valor actual, de acuerdo con las propias declaraciones patrimoniales que Roemer Slomianski entregó a la Secretaría de la Función Pública y que hoy pueden ser consultadas a través de Declaranet. En 2015, como diplomático, ganaba 174 mil 907 pesos al mes.
Pero eso no era todo. Con su nombre propio fue proveedor del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), lo cual no está asentado en ninguna declaración patrimonial porque más que funcionario, fungía como empresa. Andrés Isaac Roemer Slomianski brindó asesoría por 21 días para “determinar los criterios teóricos para el desarrollo de industrias creativas” del extinto programa Proméxico, por lo que cobró 1 millón 500 mil pesos.
Es decir, por día ganó 71 mil 428 pesos en la época calderonista.
Incorporado a la Secretaría de Economía, Proméxico fue creado en 2007 en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa como parte de una política que intentaba promover el turismo y el comercio exterior, además de atraer Inversión Extranjera Directa. En poco más de una década de operación se encargó de promover la internacionalización de las empresas mexicanas y brindar asesoría sobre tratados internacionales.
De los servicios de Andrés Roemer sólo se encuentra una ficha en el Portal de Obligaciones y Transparencia. En Compranet, el contrato aparece sin datos ni documentos adjuntos que den cuenta sobre qué hizo con exactitud bajo ese contrato y si entregó documentos o estudios, o de qué manera realizó ese apoyo. Pero es posible ver que esa asesoría la brindó en exclusiva pues no aparece ningún otro registro con tal servicio en los archivos del gobierno.
Consumada la asesoría de Andrés Roemer, se generaron proyectos como la Ciudad Creativa Digital y Puebla Capital Mundial. El primero fue un megaproyecto en Guadalajara, Jalisco, anunciado como detonador de inversiones por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, pero que se fue a las ruinas. El segundo es mencionado por las más de 60 presuntas víctimas como una de las ofertas laborales que Roemer solía hacer.
Al tiempo, la fundación Poder Cívico AC en la que aparecía como representante legal y presidente (aún aparece así) percibió 72 millones 588 mil pesos entre 2013 y 2018. El flujo de dinero hacia la organización y su puesto en el gobierno se mantenía sin cambios; no obstante que Andrés Roemer declaró que tenía un posible conflicto de interés por estar vinculado a esa asociación con una “participación voluntaria”. Un año después, cambió esa especificación y suscribió que carecía de “posibles conflictos de interés”; no obstante que aún era presidente de esa asociación civil. (El documento que da cuenta del dinero recibido por la asociación al final de la nota).
Eso quedó como rastro en los archivos de transparencia del gobierno mexicano. Los datos abiertos dan cuenta de un afluente de dinero hacia la persona de Andrés Roemer quien hoy se encuentra en el epicentro de uno de los escándalos de abuso y violación sexuales más dramáticos de los últimos años en México. Decenas de mujeres lo han señalado tanto por la vía penal, los medios y las redes sociales. Sin conocerse entre ellas, coincidieron en la descripción de un modus operandi en la que la propia casa y sede de la fundación, le servía para cometer estos abusos. Había automóviles de lujo, libros, obras de arte y hasta una especie de sala de cine.
Roemer : el lujo
De acuerdo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas, los funcionarios mexicanos pueden dejar de manera pública su declaración patrimonial o suscribir en la misma: “El servidor no aceptó hacer públicos sus datos patrimoniales”. Ello pone en el espejo a los políticos en su voluntad en transparentar su fortuna.
Roemer fue un funcionario sin reparos en sus declaraciones iniciales, las de 2002 a 2003 y luego en las de 2013 hasta 2014. Así, publicó en 2002 que el año anterior había adquirido de contado un BMW modelo 1998, así como una voyager en 1998; que de la misma forma había comprado muebles de oficina y de casa, así como equipos de cómputo y gobelinos.
No tuvo peros en hacer público que en 1999 había adquirido una casa al contado de 3 millones 500 mil pesos, con mil 100 metros cuadrados construidos en un terreno de 350 metros cuadrados. Ni que en 2011, también con un pago inmediato de 2 millones 706 mil 828 pesos, se hizo de un departamento de 171 metros cuadrados.
Ni que dos años después, incrementó sus bienes con una camioneta Suzuki Gran Vitara, un Jetta gen, dos Mercedes Benz (uno pagado en dólares) y un automóvil Volkswagen Polo GTI BI Turbo DGS.
Andrés Roemer no omitió hacer público que se hizo de tajo de un “lito carbón” de Picasso en 32 mil dólares en 2013, ni que se hizo de cuatro relojes por 25 mil dólares americanos en 2008; tampoco que compró sillones, comedor, camas y libreros por 400 mil pesos. Tampoco se guardó que en 2013 tenía cinco cuentas bancarias -una en dólares- y algunos fondos de inversión. Y en 2014, no dejó de informar al público que abrió una segunda cuenta en dólares.
Para 2015, su estilo de presentar declaraciones patrimoniales cambió. Dejó de publicar los valores de sus bienes y cuentas bancarias.
Y en 2016, de plano decidió ya no hacer público nada, ni un inmueble, ni un reloj, ni un automóvil. Como funcionario público se volvió opaco y clausuró las miradas sobre su fortuna.