Angélica Rivera: la dama opaca
Pasó por la residencia oficial de Los PInos sin dejar huella.
Si se revisan los archivos de la presidencia de la República, Angélica Rivera Hurtado jamás pasó por ahí. Sus huellas no se encuentran. Su presencia no puede dibujarse. De sus gastos no hay facturas ni comprobantes. Blindada por elementos del Estado Mayor Presidencial y apegada al argumento de que no era servidora pública, no dejó el menor registro de sí misma en los archivos de la Administración Pública Federal.
En noviembre de 2014, el equipo de Aristegui Noticias descubrió que su esposo, el entonces presidente Enrique Peña Nieto –hoy investigado por manejo turbio de dinero– tenía una mansión valuada en 86 millones de pesos, a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, de Juan Armando Hinojosa Cantú, un empresario que al mismo tiempo fue contratista millonario de su gobierno.
Rivera Hurtado, la llamada “primera dama”, salió a dar la cara. Fue ella quien brindó las explicaciones. En un video sostuvo que la mansión era suya y pudo pagarla con sus ahorr…