ALFONSO ROMO, EL EMPRESARIO QUE PACTÓ SER FUNCIONARIO SÓLO POR DOS AÑOS
Según sus documentos públicos, jamás se quitó el traje de hombre de negocios
Por los datos abiertos se conoce a las mujeres y los hombres del poder. Alfonso Carlos Romo Garza, quien fungió como coordinador de la Oficina de la Presidencia, fue más un empresario que un servidor público. Hasta 2019, su ingreso a través de sus negocios fue 8.5 veces mayor que el percibido como parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Por Linaloe R. Flores
(La Cerradura).- Al dar a conocer su salida del gobierno federal, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo sobre Alfonso Romo Garza, quien se desempeñó como coordinador de la Oficina de la Presidencia:
“Lo cierto es que fue funcionario público sólo por tratarse de nosotros. Convenimos que estaría dos años y se cumplió el plazo”.
Las palabras del Primer Mandatario, son certeras. Según sus declaraciones patrimoniales, Alfonso Arturo Romo Garza, el ingeniero agrónomo por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tecnológico de Monterrey) que logró un emporio de semillas vegetales, una corporación de seguros y una filial de Dr. Graig Venter para comercializar tecnologías genómicas, fue más un hombre de negocios que un servidor público. Por lo menos, así lo dicen sus ingresos. El salario que tuvo como parte de la Presidencia de la República fue 8.5 veces menor que sus percepciones como empresario en un año.
Su salario bruto fue de 159 mil 536 y el neto de 110 mil 877.52, según Nómina Transparente. Dado que la declaración patrimonial debe corresponder al año anterior, la de mayo de 2020 es la única que indica lo que ingresó en un año. La cantidad que declaró Romo Garza fue de un millón 591 mil 605; es decir, una percepción bruta mensual de 132 mil 633 pesos.
Las declaraciones, en el archivo de la Secretaría de la Función Pública, equivalen a la trayectoria en el servicio público, en un cargo u otro. Romo Garza dejó tres. El número es mínimo respecto a lo correspondiente a otros políticos mexicanos. Por ejemplo, el General Salvador Cienfuegos Zepeda tiene 21 y Genaro García Luna sumó 13. Aurelio Nuño Mayer, quien ocupó la misma coordinación de la Oficina de la Presidencia de 2012 a 2015, dejó ocho. Felipe Calderón Hinojosa, ex Presidente de México (2006-2012), entregó 24.
En los datos abiertos, la proclividad de Romo Garza a la carrera empresarial también se ve en cuanto a la academia. Su cédula profesional como ingeniero no se encuentra en el Registro Público de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, lo que indica que jamás hizo el trámite desde que el 14 de junio de 1974 tuvo el título en sus manos.
Cuando, a los 69 años de edad, fue llamado al equipo de transición, Romo Garza era un empresario millonario. El 30 de noviembre de 2018, con el cargo de “coordinador del Proyecto de Nación 2018-2024”, pudo adquirir al contado una Range Rover Autobiography en tres millones 972 mil 658 pesos, consta en la declaración patrimonial que entregó a la Secretaría de la Función Pública al iniciar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Aunque ahora se va del gobierno, Romo Garza continuará como presidente del Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y Crecimiento Económico, creado en la administración de López Obrador, con el fin de llamar al sector privado sin salirse de las directrices gubernamentales.
UNA AMISTAD INCOMPRENSIBLE
Alfonso Romo nació en la Ciudad de México. Es sobrino-nieto de Francisco I. Madero. Tiene 70 años de edad y su vida profesional se ha desarrollado en Monterrey, Nuevo León. Ahí se graduó. También, en esa ciudad del norte de México, distinguida por sus negocios, se casó con Maca Garza Lagüera con quien procreó a Alfonso, Maca, Alejandra y Gabriel.
En 2011, conoció a Andrés Manuel López Obrador, quien en esos momentos se preparaba para la campaña presidencial de 2012. El político veracruzano Dante Delgado Ranauro lo invitó a comer al departamento del ahora Presidente. Desde entonces, surgió este binomio incomprensible si se observa la ideología y el pasado de cada quien.
Una década antes, el mismo Romo -sentado frente a AMLO- había apoyado a Vicente Fox Quesada (2000-2006), candidato del Partido Acción Nacional que llegó a ser Presidente, el primero no priista en 71 años consecutivos. Fue uno de “los amigos de Fox”, el grupo que hizo colectas de millones de pesos con tal de llevar a la Presidencia de la República a este hombre que hoy tiene una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre sus cuentas.
En 2000, justo el año en que Fox Quesada ganó las elecciones- Augusto Pinochet, el ex dictador durante 17 años en Chile, habría invertido 1.2 millones de dólares en Pulsar Internacional, la compañía que Alfonso Romo fundó en 1991 para la producción y distribución de semillas transgénicas.
En el libro Pinochet S.A., la base de la fortuna, el periodista Orzren Agnic (fallecido el 25 de agosto de 2010) documentó en 2006 la relación entre ambos personajes.
“Según los términos ofrecidos por el multimillonario mexicano, los bonos de deuda de Pulsar Internacional (…) serían liquidados en mayo de 2001. Se había garantizado una utilidad fluctuante entre 10 a 25%. Los bonos comprados por Pinochet estaban plenamente garantizados con un 180% del valor de la deuda, no sólo con papeles, sino también mediante activos tangibles de la empresa mexicana. Para sorpresa del mundo de los negocios, y para el asombro de Pinochet en particular, el negocio repentinamente fracasó”.
Pero Pinochet no es la única admiración para Alfonso Romo. Según un perfil firmado por Luis Hernández Navarro, en La Jornada, admira a Juan Pablo Segundo, Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Además de a Madero, su tío abuelo, también se decanta por Porfirio Díaz al que considera un visionario. En “Ciudad Perdida”, el periodista Miguel Ángel Velázquez abonó con estas atracciones. Cuenta que en una reunión en el Club de Industriales, Romo Garza dijo que si se enjuiciaba a Pinochet, también debería enjuiciarse al Presidente Salvador Allende, quien “era un asesino”.
EN EL GOBIERNO
Transcurrieron dos años y su nombre fue el más discrepante de la presente administración. En julio de 2019, Carlos Urzúa Macías, quien renunció a la Secretaría de Hacienda lo describió en una entrevista con el semanario Proceso como “un hombre contrario a los ideales del Presidente izquierdista … Me cuesta entender el tipo de relación que tiene con el Presidente. Ideológicamente, Romo es un hombre de extrema derecha”, expresó.
Además, Urzúa Macías sostuvo que en “términos sociales”, Romo se acerca más a la ideología del Opus Dei -un grupo católico conservador- y de de los Legionarios de Cristo, la congregación que permitió abusos sexuales en contra de niños, bajo el liderazgo de Marcial Maciel.
“¿Cómo un hombre así, que llegó a admirar a Augusto Pinochet y a Marcial Maciel, acabó no sólo siendo amigo de López Obrador, sino incluso siendo el jefe de la Oficina de la Presidencia?”
El mismo Romo Garza se desmarcó del gobierno el pasado 19 de noviembre cuando, en una videoconferencia, se posicionó a favor de la inversión privada como “la esperanza para salir de la crisis”. Al inaugurar la XLII Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, hizo una autocrítica del gobierno del cual, él era pieza clave como jefe de los asesores del Ejecutivo.
“Sólo con certidumbre podemos poner al capital privado y a los ahorros a trabajar para crear riqueza y contrarrestar el impacto por COVID-19”.
Según Romo, en su alocución, el único camino de recuperación era la inversión privada. Otra de sus frases, aquella vez, fue:
“Es vital para el bienestar del país y sin bienestar traicionamos el combate a la pobreza”.
Pero el Presidente se mantenía en lo suyo. Que a su gobierno no le interesaban las inversiones privadas lo había dicho con claridad en su conferencia de la mañana del 22 de octubre.
“Para no ser tan tajante, los únicos negocios a los que se les debe dar toda la atención es a los negocios públicos, porque nosotros somos servidores públicos”.
Al anunciar su salida del Gabinete, AMLO publicó en un tweet: “Nunca olvidaré que fue el primero de los empresarios en adherirse al movimiento de transformación … Además es mi amigo”.
DE LOS AHORROS DEL EMPRESARIO
Hasta 2019, Alfonso Romo tenía en el banco cinco millones 34 mil 41 pesos distribuidos en cuatro cuentas. Luego, con los meses, ese dinero se aminoró a cuatro millones 243 mil 424 pesos. Luego, subió un poco a cuatro millones 303 mil 448 pesos.
Si hasta ahora, esas inversiones siguen igual, Romo Garza deja el gobierno con una cuenta de dos millones 719 mil 326 pesos, otra con un millón 491 mil 546 pesos, otra de 60 mil 24 pesos y una más con 32 mil 552 pesos.
En cuarenta días, a partir de hoy, el empresario que cumplió con los dos años pactados para ser funcionario público, debe presentar su declaración patrimonial final.